jueves, 9 de noviembre de 2017

23: 39 p.m.


Nos regalamos
una tormenta con viento salado
y el puerto incómodo.
Algunas claraboyas que retumban
cuando el cielo se corta
en partes imperfectas
y el agua se cuela
en las ventanas entreabiertas
de los domingos muertos
en Montevideo.
Y vos         Y yo
comiendo lejanía
en esta ciudad chica
de habitaciones enormes.
Una cuenta regresiva que crece
debajo de los pasos que rechinan
en la madera seca,
mientras nos escribimos mensajes
que se acercan a tientas, dudosos
se suceden
y se desintegran en un
“que descanses”.

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