Línea 87
Le bastaba con tocar
las hojas de los árboles
por la ventanilla abierta
del colectivo.
Su mano se mimetizaba
con esas ramas flotantes.
Los dedos pequeños,
tintineando
al ras del follaje.
De un tirón, respiramos
el aire saturado del basural.
Abstraída
como un péndulo
se hamacó en el asiento
mientras contemplaba
el movimiento parsimonioso
de un sábado por la tarde
en José León Suarez.
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